martes, 10 de mayo de 2011

Soy persona politicamente expuesta

En el día de la fecha, después de una larga jornada laboral (me desempeño como Director de una escuela de oficios pública en la Ciudad de Buenos Aires – el CFP N° 24 en el barrio de Flores), he recibido una carta del Banco Ciudad un poco más que disculpándose porque una nueva reglamentación de la Unidad de Información Financiera (UIF) resolvió (Resolución N° 11/2011) que los usuarios de dicha entidad tenemos que notificar si somos “Personas Expuestas Políticamente” (PEPS), adjuntando una “nomina de funciones” de las personas que entrarían en esa categoría, conminándoseme a cumplir con la exigencia de tener que completar una declaración jurada al respecto para presentarla al banco en diez días.

A mi asombro por dicha carta se le suma la insólita ecuación que esa UIF elabora, emparentando el lavado de dinero con esa exótica nueva categoría de “persona expuesta políticamente”.  En su referencia la carta que me envían dice: “Operaciones de lavado de dinero – PEPS”.

A los señores del Banco Ciudad y de la UIF les informo que la política es aquello que hace posible nuevas formas de vida frente a la organización existente del poder y a sus valores establecidos.  A través de ella, se observa a la vez lo que una época tiene de intolerable y las nuevas posibilidades de vida que encierra. La política es lo que desnuda lo problemático e irreductible de la condición humana. Su trasfondo irreverente, indisciplinado.  La política muestra y actualiza esa apertura de posibilidades. Y tal como lo definió Aristóteles hace ya unos años (aproximadamente 2.330), el hombre es un animal político, porque puede transformar su entorno y su ambiente, carece de destino pre-asignado. En este sentido, podemos decir que la condición humana es política. Resumiendo: todos somos personas expuestas políticamente por formar parte de la condición humana.
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Por su parte, la democracia moderna, como forma y expresión política determinada, es aquel sistema que se sostiene en base a “personas políticamente expuestas”, aquellas que participan en la resolución de conflictos, en el control de las decisiones públicas,  en la toma de esas decisiones y en la elección de sus gobernantes.  Por eso que en un sistema democrático, se pregunte por personas políticamente expuestas, además de desconocimiento, es un contrasentido.

Si a la pregunta por la condición política se la emparenta con un acto decididamente delictivo como es el lavado de dinero, la torpeza ya deja de serlo para pasar a convertirse en otra cosa mucho más preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta las particularidades de nuestra joven y problemática democracia, y lo que nos ha costado conquistarla.

¿Olvidaron los funcionarios hoy de turno de la Ciudad que en nuestra historia reciente un grupo armado decidió desaparecer a una generación “políticamente expuesta” desde ese mismo lugar de enunciación? ¿Los “PEPS” de hoy no son los “subversivos” de entonces?.

¿Qué se intenta hacer con esto? Está claro que esta formulación no es para nada inocente. Evidentemente se pretende construir la idea de que la política es un acto criminal, que la política es intrínsecamente mala, y por lo tanto actualizar el miedo y alejar a los hombres de las posibilidades de participar y resolver acerca de sus destinos individuales y colectivos.

Domesticar a los hombres y docilizar sus conductas es lo que se intenta fabricar a base de un control paranoico, y la actualización del terror contenido en nuestra memoria histórica, con la idea de que un grupo reducido “gerencie” los destinos comunes de los que vivimos en la Ciudad de Buenos Aires.  La misma maniobra perversa que logró instalar por unos años el Golpe Militar pero ahora por otros móviles.
Este Gobierno de la Ciudad, no lo olvidemos, ya ha intentado con la creación de un poder clandestino parapolicial ilegal, restaurar prácticas de esos oscuros años y no lo ha podido conseguir porque por suerte, algunas cosas hemos aprendido como sociedad, pero, ¿esto no es la insistencia en la continuidad de aquello por otros medios? ¿No saben las autoridades del Gobierno de la Ciudad que hay libertad política, gremial, confesional, sexual, de la privacidad de las personas, avalada por la Constitución Nacional y la propia Ciudad? ¿Hasta cuándo insistirán en esas oscuras maniobras? ¿Hasta cuándo vamos a permitir los habitantes de la Ciudad que continúe esto?.

Supimos conocer como los sectores más retrógrados de la sociedad intentaron siempre criminalizar la protesta, emparentando a la pobreza y la crítica con la ilegalidad, pero esto es una nueva vuelta inédita de tuerca de esa lógica: ya la condición humana misma es puesta en sospecha, por ser parte de nuestra común condición de existir de manera problemática en el mundo!!!

Como Ciudadano (pero antes como ser humano) le informo a las autoridades de la UIF y del Banco Ciudad que:
  • He completado mis declaraciones juradas en el lugar donde me desempeño laboralmente (este año inusualmente he llenado tres formularios distintos!!!), por lo que si tienen que referenciarse con mi tarea, ya saben dónde “indagar”.-
  • Una Resolución no puede ir a contrapelo de una Ley que tiene mayor jerarquía, y menos de la Constitución Nacional.-
  • No voy a presentar ninguna declaración jurada.-
  • Soy una persona políticamente expuesta porque soy persona.-
  • Me niego a anestesiar mi naturaleza humana y a que se me vulneren derechos elementales.-
Lic. Sergio Lesbegueris
DNI 18.294.449